martes, marzo 06, 2007

El regreso de Monik




Bueno, abandoné al chivo por algún tiempo, ustedes las de la secta saben por qué, pero creo que ya necesito doparme al menos un poco...y ya que estoy con un litro de helado sobre la mesa no se me va a hacer difìcil.



Primero, voy a insultar un poco, porque me da la gana... ¿en qué concentraré mi ira? en lo que sea, no importa: ni a mí ni a ustedes. Quizás al chivo le importe, pero qué más da: él quiere que sea feliz por unos minutos así que me lo perdonará.







(yo, nicole...y la masacre)



Me gusta la ontología, porque me hace sentir más miserable de lo normal. No hablo de cualquier tipo de miseria, sino de la intelectual. Y ya que acabo de tocar el tema de la intelectualidad, es importante resaltar que la inteligencia también trae miseria, y no voy a explicarlo, porque no me da la gana de hacerlo, ustedes las del clan lo entenderán, ya lo hemos hablado, si alguien más está leyendo y no comprende, pues me vale, analízalo lector imaginario.






Aún así detrás de la miseria hay un arcoiris, y desde allí nos mira un unicornio dispuesto a clavarlos su único cuerno en el estómago. Bello animal; algo sanguinario, pero hermoso. Así que nosotras las del clan gritamos: !Qué diablos! o en mi caso: "wiiiii!" y corremos hacia el unicornio. Algunas podremos montarlo, lo ideal sería que todas pudiéramos (espero que podamos), pero hasta ahora creo que solo hemos intentado, y nos hemos estrellado contra el césped. Hace poco yo no solo me estrellé contra el césped, sino que el unicornio me arrastró por la pradera. Vino el chivo al rescate y aquí estoy: con helado, dolor de cabeza, de estómago, en el páncreas, en el hígado, en los riñones, en la piel...en fin, dolor en todas partes, pero viva al fin y al cabo.




No quiero saber nada del unicornio hasta que se me quite el dolor, pero estoy segura de que el masoquismo me hará intentar montarlo de nuevo. Es que es muy lindo y utópico. Ustedes las del clan sigan tratando. (voy un tercio del litro de helado)






Durante este mes (creo que ha sido un mes, o quizás un poco más), he hecho 88 palomas de papel, sin contar las que he regalado. Las tengo guardadas en el cajón de mi escritorio, y en realidad no sé por qué no las he botado. Yo tenía alas, pero se me perdieron en los viajes astrales con nubes dopamínicas.









¿Saben qué da náuseas? Sí, sí saben, no lo diré. (woooo acaba de sonar un trueno!!...cómo amo el invierno)














(federico, nicole o nicolás, aldo y mi clon)


Ohhhh la idiotez! se reproduce cada segundo. La vemos caminar, la saludamos, nos tomamos fotos con ella, de vez en cuando viajamos en conjunto....hay quienes le pagan, otros le cobran, y hubo un estúpido por ahí que quiso casarse con ella, pero la idiotez no es tan tonta.



¿Saben qué sí es tonto? El miedo. Y ese es el que debo superar, porque cuando te caes del unicornio u otro animal mitológico y te lastimas como yo, desarrollas el phobos. No quiero tener miedo, porque sino cómo demonios me subo al animal ese.



(yo y el reloj de Carrol...gracias a Fernando mandarme la foto un año después ¬¬)
En fin, podría seguir escribiendo cosas irracionales o demasiado racionales, pero tengo sueño, un violin con el cual practicar, y un helado que aún no acabo. Así que me reintegro al clan del chivo morado con una canción:
Sleepless- Kate Havnevik (bájensela)
Monik (Chesire llega la próxima semana)

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